Si las cosas no salen como quieres, es probable que sea por tus enemigos del aprendizaje.
Enemigos del aprendizaje, una de las lecciones mas importantes en el mundo del coaching ontológico, en este texto repasaremos detalles que pueden ayudarte en tu carrera y actividad profesional.
Dario Varela
3/17/20254 min read
Si las cosas no salen como quieres, es probable que sea por tus enemigos del aprendizaje.
Antes de plantear la siguiente reflexión, me gustaría mencionar brevemente qué son los enemigos del aprendizaje. Desde mi visión, estos son todos esos hábitos que nos roban la energía para realizar lo que debemos hacer. A veces, es más fácil quedarnos por horas en el celular o frente al televisor, pero estos nos roban el tiempo y la energía que podríamos invertir en otros deberes o actividades. Entonces, nos tenemos que preguntar: ¿Qué es lo que sí queremos que pase? Y es aquí donde el coaching juega un papel importante, al ayudarnos a hacernos preguntas para generar más aprendizajes.
Desde mi reflexión personal, para vencer estos enemigos del aprendizaje, debemos poder vivir en el presente y, por supuesto, conocernos a nosotros mismos. En la medida que logremos esto, podremos reconocer nuestras debilidades y mejorarlas.
Todo depende de lo que nosotros decidimos y nos comprometemos, con las creencias limitantes que tenemos.
Los enemigos del aprendizaje según el coach Julio Olalla
A continuación, quisiera reflexionar sobre el concepto de enemigos del aprendizaje según el coach Julio Olalla, quien plantea que existen varios enemigos, los cuales se denominan así porque te roban una parte importante de tu ser. Es por esto que no son "amigos". Estos son:
La desconfianza: A veces puedo sentir desconfianza, ya sea en mis profesores o instructores, quienes me guían en mi camino, o incluso en mí mismo, dudando si podré o no lograr lo que quiero.
El miedo: El temor nos paraliza e impide que logremos lo que deseamos o lleguemos a ser lo que queremos.
La vergüenza: Este es también el miedo al ridículo. A veces, nos limitamos por lo que los demás puedan pensar, otorgándoles poder sobre nosotros. Sin embargo, cada uno de nosotros se conoce a sí mismo y podemos perfeccionarnos cada día.
La impaciencia: Sentir ansiedad por aprender todo de una vez, sin tolerar la frustración.
La arrogancia: Creer que lo sé todo y no necesitar la ayuda de nadie para aprender más.
La pereza: La incapacidad de tomarse el tiempo necesario para prepararse ante una clase o examen.
La lista puede ser interminable, y nuevos enemigos del aprendizaje pueden surgir continuamente. Lo importante es que cada uno pueda identificar estos enemigos que nos impiden aprender o tomar acción para nuestro desarrollo personal.
Quitarse la armadura
Desde mi visión, considero que los enemigos del aprendizaje se relacionan con esa máscara, antifaz o armadura que usamos para evitar tomar una acción o decisión, tanto con nosotros mismos como con los demás. Robert Fischer, en el libro El caballero de la armadura oxidada, plantea la siguiente cita: “En algún lugar debe haber alguien que me pueda ayudar a quitarme esta armadura” (Fischer, 1990, pág. 14). Reflexionando sobre esto, creo que quitarnos la máscara o armadura depende de cada uno de nosotros. Es más cómodo y fácil quedarnos en nuestra zona de confort, un lugar que conocemos, y al salir de allí nos invade el miedo o temor de enfrentarlo. Lo mismo sucede con la máscara o armadura que utilizamos, como excusa para no tomar decisiones, evitar manejar un auto, o incluso llamar a alguien por teléfono, ya que todo esto puede generar miedo, pereza o vergüenza, utilizando así un enemigo del aprendizaje como escudo.
Entonces, ¿cómo podemos convertir estos enemigos del aprendizaje en amigos?
Cómo modificar nuestros hábitos y superar los enemigos del aprendizaje
A continuación, cito a Tony Robbins, quien menciona en el libro Controle su destino la siguiente idea para modificar y elevar nuestro criterio personal: escribir todo aquello que nos roba energía y todas aquellas cosas que no queremos seguir tolerando (Robbins, 2014, págs. 26-27). Además, Robbins nos dice que primero debemos identificar el “QUÉ” para poder lograr el “CÓMO”. Es decir, para modificar un hábito, es esencial percibirlo como tal, hacerlo consciente y luego poder cambiarlo.
¿Cómo se relacionan los enemigos del aprendizaje con el coaching?
Cuando un cliente llega a una sesión de coaching, su objetivo es modificar su comportamiento y superar aquello que le impide avanzar hacia la meta que desea alcanzar. El coach le guía en el “QUÉ” (qué quiere lograr) y el cliente, con la ayuda de las preguntas del coach, debe descubrir el “CÓMO” lo hará.
Leonardo Wolk, en el libro El arte de soplar, menciona: “El aprendizaje para ser coach no puede ser solo intelectual; es experiencial y vivencial. El pasar por la experiencia de ser coacheado da verdadero conocimiento y acabada experiencia” (Wolk, 2013, pág. 193). Estoy de acuerdo con Leonardo, ya que invita a los coaches a mirarse a sí mismos y ser una oferta para otros coaches, lo que también mejora su ser como coach. Esta reflexión desafía el enemigo del aprendizaje, pues los coaches también pueden enfrentarlos, ya que son personas. Lo importante es identificar a los enemigos del aprendizaje y convertirlos en aliados, comprometiéndose a superar cualquiera que se presente en el camino.
Conclusión
Para finalizar esta reflexión, quisiera citar a Robert Fisher, en El caballero de la armadura oxidada: “Si te enfrentas al dragón, hay una posibilidad de que lo elimines, pero si no te enfrentas a él, es seguro que él te destruirá” (Fisher, 1994, pág. 85). Esta cita me hace reflexionar profundamente, porque como mencioné anteriormente, constantemente nos enfrentamos a enemigos del aprendizaje que se originan desde lo más profundo de nosotros. Sin embargo, si nos sobreponemos al miedo, al temor, a la pereza, podremos salir victoriosos. Todo depende de nosotros, y para vencer a un dragón, debemos enfrentarlo de manera constante, para que este no gane fuerza y vuelva a invadir nuestra mente.